El precio de referencia del gas europeo se situó el 6 de diciembre en 42,8 dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu, unos 139 euros MWh). Esto significa que ha subido aproximadamente un 50% interanual y se mantiene en uno de los niveles más altos jamás registrados, incluso después de haber bajado desde los más de 100 dólares por MMBtu registrados en agosto.
Nuestros expertos consideran que los precios del gas en Europa aumentarán gradualmente el próximo año desde los niveles actuales, hasta acercarse a los 47 USD por MMBtu (unos 152 EUR MWh) en el cuarto trimestre de 2023. Para el conjunto de 2023, se prevé que la media de los precios se sitúe en un nivel récord.
La causa principal será la reducción del suministro ruso. La cuota de Rusia en las importaciones europeas de gas seguía siendo superior al 17% en agosto, lo que la convierte en uno de los principales proveedores de Europa. Parece poco probable que en 2023 se repita este invierno, en el que los inventarios de gas han superado el 90% de su capacidad. Como es probable que las exportaciones rusas a Europa sigan disminuyendo el año que viene, la presión sobre los suministros se agudizará. Mientras tanto, Europa tendrá que competir por los cargamentos de GNL con Asia, especialmente con China. Además, la demanda se verá respaldada por las continuas subvenciones energéticas de los gobiernos europeos.
Entre los factores clave que habrá que vigilar figuran la actividad económica mundial, el tiempo que haga este invierno y en 2023, la reapertura de la terminal estadounidense de GNL de Freeport y el suministro ruso, con la posibilidad de que Moscú cierre completamente los grifos del gas.
Informes de nuestra red de analistas:
Warren Patterson de ING comentó:
“El ritmo de acumulación de inventarios durante la temporada de inyección de 2023 será mucho más modesto en comparación con lo que hemos visto este año, dadas las reducciones del suministro ruso […]. La capacidad de la UE para recurrir completamente a otras fuentes es simplemente imposible. Existen limitaciones en cuanto a la cantidad de GNL que Europa puede importar. Hay informes de que los buques de GNL están haciendo cola para conseguir plazas en las unidades de regasificación. Esto pone de manifiesto la falta de capacidad de regasificación en Europa en estos momentos”.
Según los analistas de la EIU:
“La verdadera prueba de resistencia europea llegará en plena temporada de calefacción doméstica, entre noviembre y febrero, y las reservas podrían agotarse rápidamente en caso de temperaturas frías prolongadas. El suministro de GNL procedente de EE.UU. también se verá afectado por el cierre de la terminal Freeport LNG desde un incendio en junio. Estaba previsto que la planta volviera a funcionar a finales de noviembre, con el objetivo de alcanzar su plena capacidad a finales de marzo de 2023. Con la improbable reanudación del suministro por gasoducto ruso al norte de Europa, a mediados de 2023 habrá un nuevo reto para rellenar el almacenamiento en Europa, sobre todo si se produce un resurgimiento de la demanda de GNL desde Asia”.