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Acuerdo entre EE. UU. y Venezuela:
En octubre, EE. UU. emitió una licencia de seis meses que permite transacciones en el sector energético de Venezuela y con la compañía nacional de oro de Venezuela, y redujo las restricciones comerciales sobre la deuda de la compañía estatal de petróleo de Venezuela (PDVSA). Esto ocurrió después de que la administración de Maduro y la oposición política venezolana acordaran celebrar elecciones en el segundo semestre de 2024.
Nuestras previsiones del PIB mejoran:
Durante el último mes, nuestros panelistas han aumentado sus pronósticos de crecimiento del PIB para 2024 en 0.4 puntos porcentuales a la luz del acuerdo. Nuestro Consenso es ahora de una expansión económica del 3.7% para el próximo año, lo que marcaría una de las tasas más rápidas en América Latina. Pero es importante poner esta cifra en contexto: Incluso al final de 2024, la economía será solo alrededor de un tercio de su tamaño de hace una década, después de siete años consecutivos de contracciones desde 2014 hasta 2020. Además, años de desinversión y mala gestión significan que la producción de petróleo permanecerá como una fracción de su nivel anterior a la crisis de casi 3 millones de barriles por día (mbpd); la Administración de Información de Energía (EIA) espera que la producción solo aumente de 0.7 a 0.9 mbpd en los próximos 12 meses a la luz del reciente acuerdo. Y otras características del panorama económico siguen siendo sombrías: Nuestros panelistas esperan que la inflación de tres dígitos persista hasta 2025 debido a la falta de confianza en la moneda local.
El retorno de las sanciones está en el aire:
Solo dos semanas después de que EE. UU. acordó suavizar las restricciones sobre Venezuela, el Tribunal Supremo de Venezuela anuló los resultados de las elecciones primarias de la oposición, que fueron ganadas por María Corina Machado con una abrumadora mayoría de votos. Por tanto, existe el riesgo de que vuelvan las sanciones a corto plazo, dado que el acuerdo alcanzado entre EE. UU y Venezuela se supeditaba a que se realizaran elecciones justas. Independientemente del fallo del Tribunal Supremo, es difícil imaginar que el régimen de Maduro ceda voluntariamente el control a la oposición: Como resultado, las relaciones con EE. UU. permanecerán tensas y la economía disfuncional durante nuestro horizonte de pronósticos hasta 2028.
Perspectivas de nuestros analistas
Sobre los recientes acontecimientos políticos, los analistas de EIU dijeron:
«La medida del TSJ es desconcertante, dado que EE. UU. ha dejado claro que reimpondrá sanciones si se impide que la Sra. Machado se postule, y particularmente porque la reducción de las sanciones solo ha estado en vigor durante unos pocos días y por lo tanto aún no ha proporcionado ningún beneficio económico significativo. Por lo tanto, pensamos que el régimen está tanteando el terreno y que revocará totalmente o en parte el fallo, dependiendo de la respuesta de EE. UU. Incluso si el fallo se revierte, sin embargo, esperamos que el régimen eventualmente rompa sus compromisos de la hoja de ruta una vez que el período de seis meses de alivio de sanciones haya terminado».
Sobre la producción de petróleo, los analistas de EIA dijeron:
«Las empresas operadas por ENI, Repsol y Maurel & Prom podrían aumentar la producción en un adicional de 50,000 b/d a corto plazo, […]. Como resultado, evaluamos que estas empresas podrían elevar la producción total de Venezuela a unos 900,000 b/d para finales de 2024. Aumentos adicionales en la producción de crudo de Venezuela tardarán más. Gran parte de la capacidad de producción de crudo e infraestructura de Venezuela ha sufrido por la falta prolongada de acceso a capital y mantenimiento regular. El potencial para un mayor crecimiento sigue siendo muy incierto en este momento porque se requeriría una inversión nueva significativa para una producción adicional».