El arte de la paz: La economía de las negociaciones de alto el fuego entre Rusia y Ucrania

Read in English

Más de tres años después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala de Ucrania, el panorama económico de ambos países se ha transformado. Con el fin del conflicto finalmente a la vista, examinamos los posibles resultados de las negociaciones de paz y sus implicaciones para las perspectivas económicas de Rusia y Ucrania.

Tres años después de la guerra en Ucrania

Datos económicos recientes de Rusia y Ucrania

Tras una contracción de tan solo el 1,4 % en 2022, la economía rusa se ha recuperado con fuerza, expandiéndose alrededor del 4 % en 2023 y 2024. Este desempeño, mejor de lo esperado, ha estado impulsado por la inversión y el gasto público relacionados con la guerra, así como por la capacidad del país para eludir las sanciones occidentales desviando las exportaciones a través de países no afectados, especialmente en Asia. En un aspecto menos positivo, la inflación ha aumentado de forma constante desde 2023 debido a la escasez de mano de obra, la debilidad monetaria y los estímulos gubernamentales, lo que llevó al Banco Central de Rusia a elevar su tipo de interés oficial a un máximo histórico en el cuarto trimestre de 2024.

Por el contrario, el panorama económico en Ucrania aún no ha mejorado: la economía se contrajo casi un 30 % en 2022 y, desde entonces, se ha enfrentado a una ola de dificultades que la han mantenido muy por debajo de su tamaño anterior a la invasión. Los repetidos ataques rusos a infraestructuras críticas, la disminución de la ayuda occidental, la movilización de tropas y la migración masiva (la población ha disminuido en más de seis millones con respecto a los niveles previos a la invasión) han frenado la recuperación económica de Ucrania. Además, el déficit fiscal como porcentaje del PIB alcanza con creces los dos dígitos, lo que eleva la ratio deuda pública/PIB, y los aumentos repentinos en los precios de los alimentos y la energía provocados por la guerra han avivado la inflación, lo que ha llevado al Banco Nacional de Ucrania a mantener una política monetaria restrictiva. Preparando el terreno para las conversaciones de paz
El dilema de Trump

En su campaña de reelección de 2024, Donald Trump prometió poner fin rápidamente a la guerra entre Rusia y Ucrania. Poco después de su investidura, el presidente Trump inició una primera ronda de conversaciones con Rusia y Ucrania en febrero de 2025 y planteó la idea de imponer nuevas sanciones a las exportaciones energéticas rusas si las negociaciones de paz se estancaban. Dicho esto, antes de que estas primeras conversaciones pudieran tener lugar, Estados Unidos aparentemente ya había hecho importantes concesiones a Rusia, rechazando la ambición de Ucrania de unirse a la OTAN y reclamar los territorios ocupados por Rusia, así como descartando la posibilidad de que tropas estadounidenses vigilaran cualquier armisticio en Ucrania.

Holger Schmieding, de Berenberg, comentó:

“Trump ha cedido desde el principio y antes de cualquier conversación con Ucrania lo que podría haber sido parte de un acuerdo más equilibrado al final. Por lo que se sabe públicamente, Rusia no ha hecho ninguna concesión a cambio. Esto solo puede animar a Rusia a presionar por más. […] El desalentador comienzo del intento de Trump de poner fin a la guerra no tiene por qué ser el final de la historia. La serenidad aún podría prevalecer en Washington. No todos los republicanos comparten la narrativa de Trump. E incluso Trump puede cambiar de rumbo si la otra parte se excede.”

Analistas de EIU afirmaron:

“Esas concesiones iniciales, combinadas con el reciente impulso de Rusia en el campo de batalla, envalentonarán al presidente ruso, Vladimir Putin, quien aún no ha mostrado ninguna disposición a ceder en sus objetivos de revertir la expansión de la OTAN y someter a Ucrania. […] Creemos que Rusia podría, en última instancia, aceptar algunas garantías de seguridad europeas para Ucrania y podría hacer pequeñas concesiones territoriales y militares si se eliminan algunas sanciones importantes.”

A finales de febrero, Trump se enfrentó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en un acalorado intercambio público. Esto llevó a Estados Unidos a congelar la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Ucrania a principios de marzo, lo que a su vez provocó una nueva ofensiva rusa contra la infraestructura energética. Al igual que otras decisiones de Trump en sus primeros 100 días en el cargo, esta fue efímera y, según informes, se ha restablecido parte de la ayuda desde entonces. Aun así, el altercado pone de manifiesto el riesgo de que el apoyo estadounidense a Ucrania disminuya.

Fracaso del primer alto el fuego

En marzo, Ucrania aceptó en principio una propuesta estadounidense de un alto el fuego total de 30 días. El presidente ruso, Vladímir Putin, no rechazó la propuesta de plano, probablemente para mantener la apariencia de estar alineado con Trump; en una llamada posterior con Trump, Putin acordó una pausa de 30 días en los ataques a la infraestructura energética. Aun así, Putin planteó nuevas exigencias antes de que Rusia aceptara un alto el fuego integral, incluyendo la congelación de la ayuda militar a Ucrania. Lo más importante es que, al retrasar el alto el fuego, Rusia se aseguró de seguir avanzando para recuperar el territorio ocupado por Ucrania. Ucrania lanzó una campaña el verano pasado para apoderarse y ocupar territorio en la región rusa de Kursk, buscando mejorar su posición negociadora antes de las conversaciones de paz, la mayor parte de la cual, según se informa, las fuerzas rusas han recuperado.

Perspectiva

Escenario I: Acuerdo de paz

Aunque las conversaciones de alto el fuego podrían prolongarse, tanto Rusia como Ucrania tienen incentivos para poner fin a la guerra. Ambos países se enfrentan a crecientes dificultades económicas, además de una creciente dificultad para mantener sus esfuerzos militares y movilizar tropas adicionales. Dicho esto, Ucrania se encuentra en una posición mucho más precaria que Rusia; esta última tiene la ventaja en el campo de batalla, importantes reservas financieras y una economía en constante crecimiento.

Un acuerdo de paz para Rusia probablemente levantaría al menos algunas sanciones, aliviaría la escasez de mano de obra y daría un respiro a la moneda, lo que a su vez aliviaría las presiones inflacionarias e impulsaría al Banco Central a recortar los tipos de interés. Además, permitiría a Rusia regresar a la escena geopolítica global, aunque solo sea de forma limitada.

Anatoliy Shal y Nicolaie Alexandru, de JPMorgan, afirmaron:

“El levantamiento de algunas sanciones y la restauración del flujo de gas a través de Ucrania podrían ser un argumento económico para atraer a Rusia a un acuerdo. […] Sin embargo, el impacto neto en el crecimiento parece ambiguo. Una parte significativa de las sanciones ha funcionado como una política industrial activa para Rusia, con mayores barreras a las importaciones y la salida de empresas occidentales, lo que abre espacio para los productores locales. La perspectiva de una posible reversión podría lastrar los planes de inversión y contratación de las empresas. Además, la confianza empresarial y del consumidor se encuentra cerca de máximos históricos y es poco probable que la demanda reciba un impulso adicional considerable gracias a un mayor dinamismo económico”.

Para Ucrania, un acuerdo de paz probablemente implicaría una pérdida significativa de territorio. Aun así, la asistencia económica a gran escala de Occidente para proyectos de reconstrucción impulsaría la inversión fija y el gasto público. La desmovilización de tropas, una grivna más fuerte y una política monetaria más flexible impulsarían aún más la demanda interna. Andrew Matheny y Johan Allen, de Goldman Sachs, comentaron:

“[La naturaleza de cualquier acuerdo de paz] es importante en la medida en que a) es probable que influya en las tendencias migratorias (es decir, la disposición de los refugiados en el extranjero a regresar a casa); y b) un acuerdo que se percibe como más duradero probablemente catalice una mayor actividad de reconstrucción con financiación extranjera, en particular del sector privado. […] El lastre histórico para la inversión debido a las preocupaciones sobre el Estado de derecho probablemente disminuirá, gracias a una mayor disposición a combatir la corrupción y a un mayor anclaje de reformas desde el exterior”.

Sin embargo, la solidez del tratado de paz depende fundamentalmente de las garantías de seguridad para Ucrania. Aunque la membresía en la OTAN aparentemente está descartada, es improbable que el país firme un acuerdo que no le brinde protección contra posibles incursiones rusas en el futuro.

Los analistas de EIU afirmaron:

“Estados Unidos y Europa estarán interesados ​​en lograr un acuerdo de paz lo más sólido posible, tanto para disuadir futuras incursiones rusas como para enviar una señal firme a otros países que podrían estar considerando acciones militares agresivas contra sus vecinos. Nuestro pronóstico base prevé que estos esfuerzos fracasen en cierta medida, lo que resultará en un acuerdo más débil. [Pero] Occidente podría lograr una solución que incluya garantías de seguridad suficientemente sólidas para Ucrania como para resultar en un acuerdo duradero que mantenga a Rusia a raya e impulse una recuperación más rápida para Ucrania”.

Escenario II: Alto el fuego frágil, conflicto congelado

Rusia aún no controla la totalidad de las provincias de Donetsk, Jersón y Zaporizhia, pero probablemente desee hacerlo. Es probable que esto y la cuestión de las garantías de seguridad sean los dos principales puntos de discordia que podrían frustrar las futuras conversaciones de paz. Por lo tanto, podría establecerse un alto el fuego frágil y mantenerse durante un período prolongado si Ucrania y Rusia no logran llegar a un acuerdo y acordar un tratado de paz integral. Si bien podrían surgir disputas fronterizas esporádicas, se podría evitar un nuevo conflicto de alta intensidad si ambas partes temen posibles represalias. En términos económicos, esto permitiría a Ucrania una recuperación solo tibia, disuadiendo a los inversores del sector privado de financiar la reconstrucción, al tiempo que limitaba el alivio de las sanciones para Rusia.

Escenario III: Fracaso de las negociaciones de alto el fuego

Si ambas partes no logran un alto el fuego, es probable que las sanciones occidentales se incrementen contra Rusia, lo que podría afectar negativamente al sector externo y al rublo; nuevas restricciones comerciales también podrían afectar proyectos de inversión clave. Además, la debilidad sostenida de la moneda y la escasez de mano de obra seguirían impulsando la inflación y obligando al Banco Central a mantener una política monetaria restrictiva, lo que afectaría negativamente la demanda interna. Dicho esto, el elevado gasto militar seguiría amortiguando la actividad económica, y Rusia probablemente encontraría la manera de eludir futuras sanciones, tal como lo ha hecho con las anteriores.

En ausencia de un alto el fuego, el conflicto probablemente se desviaría de una de estas dos posibles vías: un colapso eventual de la fuerza de trabajo y la moral ucranianas, y por consiguiente la victoria de Rusia, o un estancamiento a largo plazo en el que la línea del frente de la guerra variaría poco con el tiempo. Esto último mantendría el PIB de Ucrania por debajo de los niveles previos al conflicto e impediría la pertenencia a la UE o grandes flujos de inversión para la reconstrucción. El primero, en cambio, permitiría la reconstrucción de la economía ucraniana, pero bajo el liderazgo ruso.

La ayuda exterior será crucial para que Ucrania se mantenga a sí misma en ausencia de un acuerdo de paz. Si Estados Unidos suspende la ayuda militar a Ucrania, la responsabilidad de apoyar los esfuerzos bélicos de Ucrania recaería sobre Europa; el continente está aumentando actualmente el gasto en defensa, pero no está claro si los países europeos pueden o están dispuestos a proporcionar suficiente ayuda con la rapidez y la duración necesarias para evitar una derrota ucraniana.

Nuestras perspectivas económicas

Nuestro panel de analistas expertos difiere en cuanto a la dirección más probable que tomará el conflicto. Nuestras Previsiones de Consenso (el promedio de las predicciones de cada analista) son una síntesis de estos diferentes puntos de vista.

Para Rusia, el consenso entre nuestros 34 panelistas es que el crecimiento económico se reducirá por debajo de su promedio de 10 años prepandemia del 1,9 % en 2025. Las altísimas tasas de interés, la debilidad del rublo que impulsa la inflación y el descenso de la población deberían mermar la demanda interna. Además, la recuperación de las exportaciones debería ser limitada, ya que Rusia agota su capacidad para eludir las crecientes sanciones occidentales.

Para Ucrania, nuestro consenso es que el crecimiento del PIB se mantendrá moderado en 2025 y que la economía se mantendrá alrededor de un 20 % por debajo de su tamaño anterior a la invasión. La recuperación se verá perjudicada por los daños a la infraestructura y la disminución de la ayuda exterior. Además, se prevé que la grivna se deprecie a un nuevo mínimo histórico para diciembre, y las tasas de interés y la inflación deberían mantenerse elevadas, lo que afectará negativamente a los presupuestos familiares. Mientras tanto, existe un creciente deseo público de que el conflicto termine. Aun así, las perspectivas de Ucrania dependen de las garantías de seguridad que puedan ofrecerle Estados Unidos y Europa.

Reparto de la Carga: La Atención Está en las Garantías de Seguridad

Europa intensifica su labor

A finales del año pasado, EE. UU. y la UE contribuían a partes prácticamente iguales del coste para apoyar la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. A principios de 2025, Trump dejó claro que pretende que Europa asuma una parte mucho mayor de esta carga de protección en el futuro, y la OTAN instó a sus miembros a aumentar el gasto en defensa. Desde entonces, varios países han encabezado estas peticiones: Dinamarca, Alemania, Suecia y el Reino Unido han aprobado recientemente planes para aumentar significativamente el gasto militar, y España anunció un paquete de ayuda adicional para Ucrania. Un esfuerzo europeo conjunto para ayudar a Ucrania podría incentivar a Rusia a aceptar un acuerdo de paz, que podría temer represalias por la prolongación del conflicto. Además, una presencia de tropas mayor y más duradera a lo largo de la frontera podría garantizar un acuerdo de paz más duradero para Ucrania. Aun así, Rusia ha declarado su oposición a que las tropas europeas actúen como fuerzas de paz en Ucrania, lo que probablemente suponga un importante obstáculo en futuras negociaciones.

Analistas de Berenberg comentaron:

“Si los países europeos quieren ser tomados en serio a nivel mundial y tener un lugar en la mesa cuando se decida el destino de Ucrania, necesitan aumentar significativamente sus capacidades de defensa. En conjunto, los miembros europeos de la OTAN finalmente cumplieron con el gasto mínimo de defensa acordado del 2% del PIB en 2024. Sin embargo, varios países aún no lo alcanzaron, como Italia, España, Bélgica y Portugal. La OTAN podría aumentar su objetivo de gasto en su cumbre de junio, posiblemente al 3%”.

Minerales críticos para la seguridad

Un acuerdo sobre minerales sigue sobre la mesa, que permitiría a Estados Unidos adquirir una participación del 50% en las tierras raras de Ucrania, además de las reservas de petróleo y gas, a cambio de la ayuda militar y financiera que ha brindado desde 2022. Para Ucrania, este acuerdo debería contribuir al desarrollo de los recursos minerales críticos del país y a la financiación de sus esfuerzos de reconstrucción, lo que augura un futuro prometedor para la inversión y el gasto público a corto plazo, así como para el comercio a largo plazo. Pero lo más importante es que podría proporcionar a Ucrania algunas garantías de seguridad por parte de Estados Unidos. Trump ha dejado claro que no desea invertir más dinero del contribuyente estadounidense en el conflicto, comentarios que hasta ahora han envalentonado a Rusia, que sabe que Europa tardará en compensar cualquier disminución de la ayuda estadounidense. Dicho esto, una alianza económica entre Ucrania y Estados Unidos probablemente disuadiría a Rusia de intensificar sus incursiones por temor a que Estados Unidos intervenga para proteger sus activos, incluso si Trump no ofrece garantías militares.

Informe de muestra gratuito

Acceda a información esencial en el menor tiempo posible. FocusEconomics proporciona cientos de informes de previsión consensuados de las autoridades de investigación económica más reputadas del mundo.

Close Left Media Arrows Left Media Circles Right Media Arrows Right Media Circles Arrow Quote Wave Address Email Telephone Man in front of screen with line chart Document with bar chart and magnifying glass Application window with bar chart Target with arrow Line Chart Stopwatch Globe with arrows Document with bar chart in front of screen Bar chart with magnifying glass and dollar sign Lightbulb Document with bookmark Laptop with download icon Calendar Icon Nav Menu Arrow Arrow Right Long Icon Arrow Right Icon Chevron Right Icon Chevron Left Icon Briefcase Icon Linkedin In Icon Full Linkedin Icon Filter Facebook Linkedin Twitter Pinterest X Download Fullscreen