La demanda de minerales aumenta:
Las tecnologías de energías limpias, como los vehículos eléctricos, la energía solar y la energía eólica, suelen consumir muchos más minerales que sus rivales de combustibles fósiles. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), un coche eléctrico necesita seis veces más minerales que un vehículo tradicional, por ejemplo, mientras que una central eólica terrestre requiere nueve veces más minerales que una central de gas. Como resultado, la intensidad mineral de la generación de energía ha aumentado a la mitad desde 2010.
Los principales metales:
¿Cuáles son los minerales en cuestión? El cobre y el aluminio serán los principales beneficiarios de la transición ecológica, ya que ambos se utilizan ampliamente en la energía solar, la eólica, los vehículos eléctricos y las redes eléctricas. El zinc se beneficiará gracias a su uso como protección contra la corrosión en las turbinas eólicas, mientras que el níquel, el litio y el cobalto son componentes importantes de las baterías de iones de litio. También aumentará la demanda de silicio, manganeso, molibdeno y grafito. Para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 2 grados por encima de los niveles preindustriales, la demanda de cobre se triplicaría de aquí a 2040, mientras que la de litio se multiplicaría por 42, según la EIA.
Previsiones de nuestros panelistas:
El consenso entre nuestros analistas es que los precios de las materias primas mencionadas se sitúen en general muy por encima de su nivel de 2010-2020 durante nuestro horizonte de previsión hasta 2027. Dicho esto, la mayoría de las materias primas no aumentarán de precio con respecto a los niveles recientes, probablemente debido a la mejora de la situación de la oferta. El cobalto es una excepción: nuestros expertos prevén que los precios aumenten aproximadamente la mitad en 2027 en comparación con 2023.