Una política comercial más estricta: Trump ha planteado la idea de un arancel básico del 10-20% sobre todas las importaciones. De concretarse, esto sería un golpe para las economías latinoamericanas más dependientes de Estados Unidos, en particular México y América Central. Además, es probable que Trump intente renegociar el acuerdo comercial USMCA cuando se revise en 2026. Esto podría dejar a México -uno de los tres signatarios del acuerdo junto con Canadá y Estados Unidos- en peor situación. La economía de México está entrelazada con la de su vecino del norte: Estados Unidos es el destino de cerca del 80% de las exportaciones mexicanas y le proporciona más de la mitad de las importaciones. Por último, América Latina disfruta de un gran superávit comercial de bienes con EE.UU., un tema que preocupa especialmente a Trump y que podría poner a la región en su punto de mira una vez elegido.
Las remesas se resienten: Las remesas son una fuente de ingresos fundamental para la región, especialmente en los países centroamericanos, donde a menudo representan más del 20% del PIB. La gran mayoría de estas remesas provienen de migrantes que trabajan en EE.UU. Con una política hacia los inmigrantes legales e ilegales que se endurecerá con Trump, es probable que los flujos de remesas a la región se vean afectados, lo que pesará en los ingresos de los hogares latinoamericanos. Si -cómo es posible, aunque menos probable- Trump cumple sus amenazas de deportaciones masivas, esto podría poner a prueba los sistemas sociales de los países latinoamericanos que acojan a los deportados; por otro lado, las deportaciones podrían impulsar el gasto público y privado en los países receptores.
La crisis de las materias primas: Trump ha prometido «drill, baby, drill». Es probable que la producción de hidrocarburos de EE.UU. -que ya está en un nivel récord- aumente aún más bajo su mandato a medida que afloje las restricciones sobre el petróleo y el gas. Esto podría reducir la demanda estadounidense de petróleo importado, lo que afectaría a exportadores como Brasil, Ecuador, México y Venezuela. Al mismo tiempo, es probable que Trump recorte el apoyo gubernamental a la tecnología de energía limpia, moderando la demanda de metales que desempeñan un papel importante en la transición verde: cobalto, cobre, litio y zinc, por nombrar sólo algunos. América Latina tiene muchos de estos metales en abundancia; la posible reducción de la demanda y de los precios de estos metales bajo Trump es un mal augurio para las exportaciones y los ingresos fiscales de la región.
Las relaciones entre Estados Unidos y China: Si Trump aumenta las tarifas sobre las importaciones chinas, como ha amenazado con hacer, esto podría tener múltiples efectos en América Latina. Podría dar lugar a un mayor comercio de reexportación a través de América Latina -especialmente a través de México- para eludir los impuestos. También podría animar a más empresas a invertir en instalaciones de fabricación en el continente en lugar de en China. Pero los impuestos estadounidenses a China también podrían debilitar la economía del gigante asiático y, por tanto, su apetito por las materias primas latinoamericanas, lo que afectaría a las exportaciones de la región.
En resumidas cuentas: Se mire como se mire, el segundo mandato de Trump augura tiempos turbulentos para una región que ya sufre los males de la polarización política, la inestabilidad social, la delincuencia, la corrupción y la enorme desigualdad.
La opinión de nuestros analistas:
Sobre México, los analistas de EIU comentaron:
«Esperamos que el Sr. Trump se fije en el creciente déficit comercial de EE.UU. con México, así como en los crecientes vínculos comerciales y de inversión de México con China. Las amenazas arancelarias serían una característica común de la política de Trump hacia México, aunque creemos que servirían más como herramientas de negociación que como señales de intenciones políticas reales. Trump se centraría en frenar la inmigración ilegal a EE.UU., incluso mediante restricciones fronterizas más estrictas, y presionaría a México para que desempeñara un papel más importante. También se centraría en los cárteles de la droga que operan en México, aunque es poco probable que lleve a cabo amenazas de acción unilateral estadounidense en suelo mexicano.»
Sobre la inmigración, los analistas de Goldman Sachs dijeron:
«Esperamos que una segunda administración Trump reduzca la inmigración a un nivel similar al de la primera administración Trump. El control del Congreso también podría influir en los recursos disponibles para hacer cumplir las políticas de inmigración existentes. Por esta razón, suponemos que la inmigración neta se ralentiza a 750k/año -ligeramente por debajo de la tasa de 2017-2019- en una barrida republicana [de ambas cámaras del Congreso].»