Suerte cambiante: En vísperas de la guerra, hace poco más de un año, nuestras previsiones de consenso eran que Ucrania y Rusia registrarían un crecimiento del PIB del 3,4% y el 2,6%, respectivamente, en 2022. Hoy, la situación es bastante diferente. Es probable que la economía ucraniana se contrajera aproximadamente un tercio el año pasado, debido a los daños sufridos por las infraestructuras, la interrupción de las exportaciones, el desplome de la inversión y la migración masiva. El PIB de Rusia también se contrajo, aunque menos de lo previsto, al romperse los lazos comerciales con Europa y Estados Unidos.
No hay solución rápida: Nuestros panelistas tienen poca fe en una rápida resolución del conflicto: en una reciente encuesta especial que realizamos, la gran mayoría -89% de los 28 analistas encuestados– no esperaba que la guerra terminara en 2023. Con Zelensky cada vez más respaldado por el poderío militar de Occidente y Putin deseoso de tener algo que mostrar por su invasión, ninguno de los dos líderes parece dispuesto a dar marcha atrás. Riesgos militares: Predecir la evolución del conflicto conlleva una gran incertidumbre. Riesgos como un aumento del apoyo militar de la OTAN a Ucrania, la venta de armas chinas a Rusia, la destitución de Putin y/o Zelensky, la implicación de Bielorrusia en la guerra y la volatilidad de los precios de la energía tienen el potencial de inclinar la balanza de la guerra en una u otra dirección. Pero a corto plazo, el estancamiento sigue siendo el escenario más probable. Crecimiento bajo o nulo: Esta sombría visión del escenario militar explica nuestras previsiones igualmente pesimistas para las economías de Rusia y Ucrania. La UE prohibió las importaciones de crudo ruso en diciembre y de derivados del petróleo a partir de febrero, mientras que el G7 ha anunciado recientemente topes de precios a las exportaciones energéticas rusas. Ucrania experimentará un crecimiento, pero éste reflejará en gran medida la baja base de comparación: la economía seguirá estando muy por debajo de su tamaño anterior a la guerra, y será imposible un repunte significativo de la producción hasta que disminuya la intensidad de los combates. Las condiciones económicas anteriores a la guerra no volverán a darse en ninguno de los dos países durante años, o incluso décadas. |
Informes de nuestra red de analistasSobre la guerra, Mark McNamee, director de FrontierView, dijo: “Es improbable que la guerra termine hasta el colapso del régimen de Zelenskiy en Kiev o del régimen de Putin en Moscú. A día de hoy, ninguna de las dos cosas parece probable, a menos que se produzca una ofensiva de gran envergadura por cualquiera de los dos bandos esta primavera”. En cuanto a las perspectivas económicas de Rusia, los analistas de Berenberg afirman: “Tras haber iniciado una guerra brutal, Putin no tiene una salida fácil. Ucrania y el mundo libre le están plantando cara. Los gastos de la guerra, el lento veneno de las sanciones, la huida de parte de la élite urbana y los crecientes costes de la represión serán un lastre cada vez mayor para Rusia mientras Putin siga en el poder”.
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