Argentina: Argentina llega a un acuerdo con sus acreedores, preparando el terreno para las cruciales negociaciones con el FMI
El 4 de agosto, el gobierno argentino llegó a un acuerdo con sus principales acreedores para reestructurar unos 65.000 millones de dólares de deuda externa. Si es aceptado por suficientes tenedores de bonos antes de la nueva fecha límite fijada en el 24 de agosto -lo que es probable-, el acuerdo dará un impulso financiero al país afectado por la crisis y permitirá a Argentina evitar el impago, preparando el terreno para posteriores negociaciones con el FMI sobre un acuerdo de préstamo alcanzado por la administración anterior en 2018. Sin embargo, persisten enormes desafíos económicos.
El gobierno convenció a los acreedores acelerando algunas fechas de pago y ajustando aspectos legales relativos a las cláusulas de acción colectiva. El nuevo valor de recuperación se estima en 55 centavos de dólar, por encima de los 40 centavos ofrecidos inicialmente por el Gobierno. El acuerdo reducirá potencialmente las primas de riesgo del país, lo que también debería traducirse en una cierta normalización de la concesión de créditos a nivel nacional. Dicho esto, aunque el acuerdo podría evitar años de exclusión de los mercados de capitales, lo más probable es que no se traduzca en una entrada significativa de capital a corto plazo, ya que persisten los problemas macroeconómicos y fiscales. Por lo tanto, el estímulo fiscal probablemente se financiará mediante la expansión de la base monetaria, con claras implicaciones para la inflación. El acceso a los mercados internacionales de capital podría provenir, en cambio, de las próximas renegociaciones con el FMI sobre el acuerdo de préstamo de 57.000 millones de USD alcanzado en 2018. Con el fin de aplazar los pagos que vencen en 2021-2023, el FMI podría pedir al Gobierno argentino que elabore un plan para fortalecer los fundamentos macroeconómicos, estabilizar la economía y mejorar las cuentas fiscales. Esto tranquilizaría a los inversores sobre la sostenibilidad a medio y largo plazo de las finanzas públicas y la economía, y les haría estar más dispuestos a considerar oportunidades de inversión en el país.
Un acuerdo renovado con el FMI es vital, ya que la situación económica del país sigue siendo crítica. La crisis del coronavirus está sumiendo a la economía en una recesión que ya va por su tercer año. Además, Argentina tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo, y la financiación monetaria sostenida desde el inicio de la pandemia mantendrá elevadas las presiones sobre los precios en el futuro. Además, los controles de capital, que han dado lugar a un tipo de cambio oficial sobrevalorado, parecen desalentar aún más las decisiones de inversión. Al comentar el acuerdo, Diego W. Pereira, vicepresidente y director ejecutivo de JPMorgan, declaró: “El éxito de la reestructuración de la deuda es una condición necesaria pero no suficiente para estabilizar la macroeconomía. Recuperar el acceso a los mercados internacionales para financiar el crecimiento futuro y reembolsar la deuda requiere la aplicación de un programa macroeconómico coherente a medio plazo para hacer frente a los principales retos macroeconómicos. De ser así, el país podría recuperar más rápidamente los niveles de actividad previos a la parada brusca de 2018, aprovechando la amplia holgura presente en la economía.”