Australia: La pandemia de Covid-19 golpea duramente a la economía en el segundo trimestre
En el segundo trimestre, el PIB cayó un 7,0% en términos intertrimestrales desestacionalizados, tras el descenso mucho más suave del 0,3% del primer trimestre, debido a que la crisis de 1929 y las medidas de bloqueo asociadas causaron estragos en la economía. El resultado supuso la mayor contracción registrada y se situó por debajo de las expectativas del mercado, que esperaban una contracción más moderada del 5,9%. Mientras tanto, en términos anuales, la economía se desplomó un 6,3% en el segundo trimestre, en contraste con la expansión del 1,6% registrada en el primer trimestre. El desplome del gasto de los hogares y la contracción de la inversión en capital fijo, en un contexto de pérdida de empleo y cierre de empresas, fueron las causas de esta nefasta lectura. El consumo privado se desplomó (2T: -12,1% intertrimestral; 1T: -1,2% intertrimestral) tras una fuerte caída del gasto en los servicios más afectados por las restricciones y a medida que los hogares aumentaban sus ahorros, ante unas perspectivas económicas inciertas. Además, la inversión fija se contrajo a un ritmo mucho más acusado (2T: -4,9% intertrimestral; 1T: -0,5% intertrimestral) debido al deterioro de la confianza empresarial y a la supresión de la actividad. Sin embargo, el gasto público ganó ritmo (2T: +2,9% intertrimestral; 1T: +2,1% intertrimestral) gracias a un amplio plan de estímulo fiscal.
El sector exterior, por su parte, apoyó a la economía, ya que las importaciones cayeron a un ritmo más acusado que las exportaciones. Las exportaciones cayeron un 6,7% en el segundo trimestre (-4,4% intertrimestral en el primer trimestre), lastradas por la contracción de las exportaciones de servicios, mientras que las importaciones se desplomaron un 12,9% en el segundo trimestre, tras caer un 6,7% en el primer trimestre, debido principalmente a la caída de las compras de servicios en el extranjero.
Se prevé que el PIB se contraiga notablemente este año. La pandemia y las medidas de contención asociadas asestarán un duro golpe a la demanda interna y externa, viéndose afectados el gasto de los hogares, la inversión empresarial y las exportaciones. Aunque una segunda oleada prolongada de infecciones supone un riesgo a la baja, los estímulos fiscales y monetarios deberían amortiguar algo la caída.