Brasil: La economía se contrae a ritmo récord en el segundo trimestre por el golpe de Covid-19
En el segundo trimestre, el PIB se desplomó un 9,7% en tasa intertrimestral desestacionalizada, muy por debajo de la contracción del 2,5% registrada en el primer trimestre, como consecuencia de la crisis sanitaria de Covid-19 y las medidas de distanciamiento social asociadas. El resultado marcó la peor lectura registrada hasta la fecha, situándose ligeramente por debajo de las expectativas de los analistas del mercado, que esperaban un descenso del 9,4%. En términos anuales, la actividad económica se desplomó un 11,4% en el segundo trimestre, notablemente por debajo de la contracción del 0,3% del trimestre anterior.
El retroceso trimestral reflejó en gran medida las fuertes contracciones de la economía nacional. El consumo de los hogares cayó un 12,5% en el segundo trimestre, una contracción más acusada que el descenso del 1,9% del primer trimestre, ya que las medidas de contención limitaron los gastos no esenciales. Por otra parte, el gasto público se desplomó un 8,8% en el segundo trimestre, en contraste con la expansión del 0,2% del trimestre anterior. La inversión fija también se contrajo, cayendo un 15,4% en el segundo trimestre y contrastando con el aumento del 2,3% registrado en el primer trimestre, en un contexto de gran incertidumbre.
En el ámbito exterior, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron un 1,8% trimestral desestacionalizado en el segundo trimestre, lo que contrasta con la contracción del 1,3% del primer trimestre, reflejando en gran medida el dinamismo de las exportaciones de materias primas, productos alimentarios y petróleo. Por el contrario, las importaciones de bienes y servicios cayeron en picado en el segundo trimestre, contrayéndose un 13,2% (1er trimestre: +0,8% intertrimestral), lo que indica una reducción significativa de la demanda interna.
De cara al futuro, la economía se contraerá notablemente este año debido al duro golpe de la pandemia. El sector exterior se tambalea ante el hundimiento de la demanda mundial, mientras que las medidas de distanciamiento social deprimirán el gasto de los hogares y la actividad inversora. La prolongación de la crisis sanitaria y las tensiones políticas ensombrecerán aún más las perspectivas.
Al comentar las perspectivas, Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs, señaló: “Esperamos que la actividad real siga recuperándose en los próximos meses, respaldada por la relajación gradual y selectiva de los protocolos de distanciamiento social y los cierres patronales, la relajación de las condiciones financieras internas y externas, los estímulos fiscales y monetarios adicionales, la recuperación de los precios de las materias primas y la firmeza del crecimiento mundial. Sin embargo, el panorama coyuntural interno sigue siendo muy complejo, la debilidad del mercado laboral y la retirada progresiva prevista de algunas de las actuales medidas de apoyo fiscal deberían suavizar el ritmo de la recuperación. Por otra parte, al comentar las perspectivas de la economía brasileña, José Carlos Sánchez , economista sénior, y Alexis Milo, economista jefe y director de investigación, ambos del HSBC, señalaron: “En general, creemos que el balance de riesgos para la actividad de Brasil ha mejorado recientemente debido a la caída relativamente contenida en el 2T, así como a la recuperación observada en algunas industrias durante junio y julio. […] Aunque no esperamos nuevos paros o cierres masivos, el hecho de que las tasas de contagio COVID-19 sigan siendo elevadas podría dar lugar a una recuperación desigual. Nuestra previsión del PIB para 2020 se sitúa en el -7,3%, y reconocemos un ligero balance al alza de los riesgos para la actividad a partir de esta cifra. Seguimos pensando que los principales retos se encuentran en el espacio político, que parece ya limitado.”