Brasil: El real cae por las tensiones políticas y la rápida inflación
El real brasileño se ha depreciado frente al dólar estadounidense en las últimas semanas, alcanzando a principios de octubre su nivel más bajo en cinco meses. El 7 de octubre, la moneda cotizaba a 5,52 BRL por USD, lo que suponía una depreciación del 6,3% con respecto al mismo día del mes anterior, mientras que en lo que va de año había caído un 5,9%. No obstante, el real seguía subiendo un 1,7% en términos interanuales, tras haberse depreciado alrededor de un 30% durante 2020. La fuerte caída ha coincidido con una serie de factores coadyuvantes. El más importante ha sido el aumento de las tensiones políticas, ya que el presidente Bolsonaro ha intensificado su retórica antidemocrática en los últimos tiempos, culminando en una serie de mítines progubernamentales a principios de septiembre en los que el presidente continuó sus ataques a la corte suprema y puso en duda su voluntad de aceptar los resultados de las esperadas elecciones del próximo año en caso de perder. Bolsonaro se encuentra actualmente por detrás del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en las encuestas, tras haber visto caer su popularidad a mínimos históricos por su gestión de la crisis del coronavirus y el aumento de la inflación. Aunque el Presidente ha moderado su retórica en las últimas semanas, el ruido político ha bastado para ralentizar el avance de la agenda económica en el Congreso, con lo que el riesgo de incumplir el techo de gasto el año que viene ha aumentado notablemente. Además, la inflación no ha dejado de aumentar a lo largo del año, hasta superar el 10% en septiembre. Aunque el Banco Central ha subido los tipos en un total de 425 puntos básicos desde febrero, la opinión del mercado de que el Banco no está adoptando una postura suficientemente dura no ha hecho sino añadir presión a la baja sobre el real. De cara al futuro, parece que la moneda recuperará algo de terreno a finales de año a medida que se disipe un poco el ruido político, antes de depreciarse de nuevo a lo largo de 2022. Sin embargo, existen importantes riesgos a la baja si las perspectivas fiscales se deterioran y la inflación sigue aumentando a pesar del endurecimiento de la política monetaria.