Bulgaria: Las elecciones de abril darán lugar a un Parlamento fragmentado, pero es improbable que supongan un cambio significativo en la política económica
El 4 de abril, los votantes búlgaros acudirán a las urnas para elegir su nuevo Parlamento. Aunque el partido gobernante de centro-derecha Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) lidera actualmente las encuestas por delante de sus rivales más cercanos, el Partido Socialista Búlgaro (BSP) de centro-izquierda, es poco probable que obtenga una mayoría absoluta. Cabe esperar un parlamento fragmentado y una larga formación de gobierno. Dicho esto, el resultado de las elecciones no debería suponer un cambio significativo en la política económica ni en el compromiso del país con la UE.
Los últimos sondeos muestran que el GERB, dirigido por el Primer Ministro Boyko Borisov, que ha dominado la política búlgara durante más de una década, lidera con casi el 30% de los apoyos (frente al 25% del BSP). Tras las intensas protestas anticorrupción que exigieron la dimisión del gobierno el verano pasado, el GERB ha recuperado popularidad gracias a su gestión de la crisis sanitaria de Covid-19. El Gobierno empezó a levantar gradualmente las restricciones en febrero, lo que continuará en marzo y abril. Además, el apoyo financiero a las empresas afectadas por la pandemia también ha aumentado recientemente, lo que probablemente le granjee más apoyos. Sin embargo, ninguno de los principales partidos obtendrá probablemente una mayoría absoluta en las próximas elecciones, y el resultado más probable será un parlamento fracturado compuesto por entre cinco y siete partidos. A este respecto, los analistas de Fitch Ratings señalan: “En la actualidad existe una gran incertidumbre sobre la formación del próximo gobierno, pero las cuestiones relacionadas con el Estado de Derecho, la calidad institucional y la corrupción han pasado a primer plano. Aunque la formación de gobierno podría llevar tiempo y una coalición multipartidista podría resultar muy inestable, en la actualidad Fitch no ve riesgos importantes para la política económica ni para el compromiso de Bulgaria con la UE. Dicho esto, el próximo gobierno probablemente se enfrentará a presiones para implementar reformas políticas/institucionales con el fin de evitar protestas sociales similares a las del verano de 2020.”
Además, independientemente del resultado, Fitch Ratings ve poco impacto en la política fiscal, añadiendo: “Las próximas elecciones legislativas plantean riesgos a la baja limitados para las perspectivas fiscales a medio plazo, con el compromiso con la prudencia fiscal bien arraigado en todo el espectro político.”