Egipto: El Banco Central deja caer la libra egipcia frente al billete verde
La libra egipcia se desplomó frente al dólar estadounidense en las últimas semanas, cayendo a su nivel más bajo desde el 3 de febrero de 2017 y cotizando a 18,54 el 22 de marzo. El 1 de abril, la divisa cotizó a 18,28 EGP por dólar, lo que supuso una depreciación del 14,1% respecto al mismo día del mes anterior. Tras aproximadamente dos años de estabilidad frente al dólar estadounidense, el Banco Central de Egipto (BCE) permitió que la libra se depreciara notablemente en su reunión sorpresa del 21 de marzo, prevista inicialmente para el 24 de marzo. La adopción por el Banco Central de un tipo de cambio flexible y su primera subida de tipos desde 2017, que se tradujo en un tipo de interés real positivo, disipó la preocupación por la sobrevaloración de la libra. La decisión del BCE es un buen augurio para el nuevo programa de apoyo que el país busca con el FMI.
El estallido de la guerra en Europa creó vientos en contra para el mayor importador de trigo del mundo. La invasión de Ucrania por Rusia el 24 de febrero disparó los precios de las materias primas agrícolas ante la preocupación por la oferta. Esto debería traducirse en una subida de los precios de los alimentos, sobre todo a corto plazo, y de la energía, lo que a su vez impulsaría la inflación. En consecuencia, las autoridades han desplegado medidas fiscales para ayudar a mitigar el impacto en los hogares, lo que debería suponer un aumento del déficit fiscal en el futuro. El paquete incluye aumentos anuales de las pensiones y los salarios públicos a partir de abril, el aumento del límite de exención fiscal, y la asignación de 130.000 millones de EGP (7.100 millones de USD) para mitigar el impacto inflacionista y 2.700 millones de EGP (148 millones de USD) para ampliar el alcance de los programas de bienestar social. Las autoridades también han limitado -por primera vez en la historia- el precio del pan no subvencionado. A la luz de estas medidas, Egipto anunció que reestructuraría su presupuesto para el ejercicio fiscal 2022-2023, que comienza en julio de 2022. Además, el importantísimo sector turístico también se verá afectado negativamente por la guerra, ya que rusos y ucranianos representaron aproximadamente el 33% de todas las llegadas de turistas. El conflicto también provocó la huida de los inversores de los mercados emergentes, a medida que cundía el pánico, mientras que recientemente los bancos centrales de todo el mundo empezaron a endurecer las condiciones, lo que no presagiaba nada bueno para el país, altamente endeudado. En consecuencia, Egipto recurrió recientemente al FMI, con el que mantiene conversaciones con la esperanza de elaborar un nuevo programa que ayude a aliviar la presión de las secuelas económicas de la guerra de Ucrania. De hecho, una de las recientes medidas del Banco Central cumplía uno de los requisitos del Fondo para embarcarse en un programa de este tipo, a saber, la flexibilidad del tipo de cambio para que la libra pueda absorber los choques externos, lo que permite preservar la competitividad del país y salvaguardar los colchones financieros. Con este cambio, las autoridades esperan proteger las reservas de divisas de Egipto y cerrar un nuevo programa con el FMI, lo que aumentaría la confianza de los inversores, frenando a su vez las salidas de capital.
Farouk Soussa, economista de Goldman Sachs, reflexiona sobre las amenazas a las perspectivas: “El principal riesgo que vemos es que la subida/devaluación anunciada recientemente no sea lo suficientemente grande, y que los inversores de cartera se mantengan al margen a la espera de más. Dicho esto, vemos limitaciones en cuanto a hasta dónde estará dispuesto a llegar el BCE: Las nuevas subidas tendrán un coste para el crecimiento interno y la carga de intereses del Gobierno, y la devaluación tendrá un efecto de transmisión a una inflación ya creciente.”