Estados Unidos: Alcanzado el límite de endeudamiento; se iniciarán negociaciones difíciles para ajustar el techo de la deuda
El gobierno de EE.UU. alcanzó su límite legal de endeudamiento en enero. El Congreso debe ahora ponerse de acuerdo para elevar o suspender el techo de la deuda, pero el polarizado panorama político complicará las conversaciones. No ajustar el techo de la deuda podría tener graves consecuencias económicas. Qué ocurrió: El 19 de enero, la nación alcanzó su tope de endeudamiento de 31,4 billones de dólares. La Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, anunció una serie de “medidas extraordinarias” que deberían permitir al Gobierno seguir pagando sus facturas hasta junio. Aunque esa estimación podría ser conservadora, en ausencia de un acuerdo bipartidista, es probable que el gobierno no pueda hacer frente a sus obligaciones financieras en algún momento entre junio y diciembre.
La situación política: Los demócratas tienen el Senado y los republicanos la Cámara de Representantes. Además, la mayoría republicana en la Cámara es escasa, y el presidente McCarthy está en deuda con un grupo de congresistas republicanos que exigen duros recortes del gasto a cambio de elevar el techo de la deuda; el presidente Biden y los demócratas se oponen a tales recortes. Por lo tanto, no está sobre la mesa un compromiso fácil entre todos los partidos. El impacto económico de no ajustar el techo de la deuda: Una vez agotadas las “medidas extraordinarias” de Yellen, sin un techo de deuda más alto, el gobierno se verá obligado a recortar el gasto para igualar los ingresos. Esto probablemente provocaría el despido de empleados públicos, profundos recortes en los programas de gasto federal, el primer impago de la deuda pública estadounidense, rebajas de la calificación crediticia y condiciones financieras más restrictivas. Dicho esto, la Reserva Federal intervendría para calmar a los mercados y podría imprimir dinero para pagar las obligaciones de la deuda pública y evitar así el impago. Además, las consecuencias económicas de que el Gobierno se quedara sin dinero serían tan importantes que probablemente centrarían la atención de los políticos y acelerarían un acuerdo sobre el límite de la deuda. Sobre la posibilidad de una intervención de la Reserva Federal, los analistas de ING dijeron: “La impresión de la Reserva Federal podría emplearse como una red de seguridad […], cuando la política comete un error, y la Reserva Federal interviene como pagador de último recurso. La Reserva Federal podría racionalizarlo como un medio de proteger el sistema. Ciertamente podría suavizar el impacto y, de hecho, podría evitar un impago técnico en primer lugar. Sin embargo, no sería una solución estructural. Además, plantea su propia amenaza independiente para el sistema financiero, ya que el dólar estadounidense se ve socavado por la financiación monetaria de la deuda nacional” El impacto económico de un ajuste del techo de la deuda: Si suficientes republicanos moderados del Congreso se alían con los demócratas, el techo de la deuda podría elevarse sin condiciones. Sin embargo, si se mantiene la disciplina del partido republicano, un acuerdo bipartidista sobre el límite de la deuda implicaría probablemente algún compromiso de reducción del déficit fiscal a lo largo del tiempo, lo que minaría la demanda interna. Además, si el acuerdo no se alcanzara hasta el último minuto, los mercados y los agentes económicos seguirían inquietándose a medida que se acercara junio, con las consiguientes caídas de las bolsas y de la confianza económica y los consiguientes aumentos de los rendimientos del Tesoro; lo primero podría lastrar el gasto y la inversión privados, y lo segundo elevaría los costes de endeudamiento público. En cuanto a las perspectivas, el EIU afirmó: “En última instancia, esperamos que se alcance un acuerdo para elevar el techo de la deuda, dadas las graves consecuencias de un impago de la deuda estadounidense. El escenario más probable sigue siendo un compromiso de última hora, dada la profundidad de las tensiones partidistas en el Congreso. Como resultado, las tensiones sobre el techo de la deuda aumentarán la incertidumbre económica en los próximos meses y distraerán a los legisladores, debilitando la eficacia del gobierno.”