Israel: Israel se prepara para sus quintas elecciones en menos de cuatro años; la economía no se verá excesivamente afectada
Lo que ocurrió: A finales de junio se disolvió el Parlamento y se convocaron elecciones anticipadas para el 1 de noviembre. El gobierno de coalición de ocho partidos perdió la mayoría en abril y sufrió una derrota legislativa clave en junio en relación con los derechos de los colonos judíos en Cisjordania. Entonces dimitió el Primer Ministro, Naftali Bennett, y el Ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, asumió el cargo de Primer Ministro interino. El resultado de las elecciones: Las elecciones darán lugar a otro Parlamento muy fragmentado, y ningún partido obtendrá ni de lejos los 61 escaños necesarios para la mayoría. Por tanto, la formación de gobierno podría llevar tiempo, y es posible que se vuelva a las urnas si no se logra formar una coalición. Dicho esto, el partido Likud del ex primer ministro Benjamin Netanyahu parece tener las mayores posibilidades de formar gobierno, junto con otras formaciones de centro-derecha. Sobre todo porque el sustituto político de Naftali Bennett al frente del partido Yamina parece más abierto a colaborar con Netanyahu.
Implicaciones económicas: Un gobierno de Netanyahu probablemente se centraría más en limitar la burocracia y la presión fiscal, con menos gasto social. También podrían aumentar las tensiones con Palestina y los árabes israelíes, lo que provocaría un mayor malestar social. La actual falta de una administración plenamente operativa dificultará la formulación de la política económica, aunque los riesgos fiscales son limitados; el Gobierno ha registrado un superávit de más de 3.000 millones de NIS (aproximadamente 1.000 millones de USD) en lo que va de año, y en los últimos 12 meses el presupuesto ha estado prácticamente equilibrado. El crecimiento económico a corto plazo tampoco debería verse afectado. Israel no es ajeno a las elecciones anticipadas, y el floreciente sector de la alta tecnología seguirá apuntalando la actividad. Sin embargo, si no se aprueba el presupuesto para 2023, el gasto público se vería limitado el próximo año.
La persistente falta de un gobierno estable es ante todo un riesgo para el potencial económico del país a largo plazo, ya que está impidiendo reformas muy necesarias en áreas como el desarrollo de infraestructuras, la educación y la facilidad para hacer negocios.
En cuanto a las perspectivas, los analistas de la EIU afirman: “El gobierno provisional no puede promulgar nuevas leyes, lo que limitará sus instrumentos políticos para hacer frente a la ralentización de la demanda mundial y al aumento del coste de la vida, lo que podría mermar la popularidad de Lapid”. En cuanto a los mercados de activos, los analistas de Goldman Sachs afirman: “Seguimos pensando que las consecuencias directas de esta incertidumbre para los mercados de activos siguen siendo limitadas. En nuestra opinión, la relativa estabilidad de los activos israelíes frente a la incertidumbre política refleja un cambio estructural en la economía, sobre todo la fuerte mejora de la balanza de pagos de Israel, que ha reducido la sensibilidad de la economía israelí a la evolución política de la región.”