Japón: Los economistas consideran que el nuevo gobernador del Banco Central, Ueda, ajustará los rendimientos pero no los tipos de interés
-El nuevo gobernador, Kazuo Ueda, tomará posesión de su cargo el 9 de abril. Nuestros panelistas consideran que Ueda ajustará el control de la curva de rendimientos en el segundo trimestre de 2023 -posiblemente ya en la reunión de los días 27 y 28 de abril-, pero dejará intacto el tipo de interés oficial hasta el segundo semestre de 2024. Los riesgos para las previsiones del tipo de interés oficial se deben a un crecimiento de los salarios mayor de lo esperado. Qué ha pasado: El 10 de marzo, el Parlamento japonés votó a favor de Kazuo Ueda como nuevo gobernador del Banco de Japón. Ueda tomará las riendas del actual gobernador Haruhiko Kuroda el 9 de abril y presidirá su primera reunión de política monetaria los días 27 y 28 de abril.
¿Qué ocurrirá? Parece probable que Ueda afloje el YCC -que actualmente permite que los rendimientos de los bonos a 10 años se muevan en un rango de -0,50-0,50%-, ya que el mercado de deuda pública se ha vuelto cada vez más disfuncional. Por primera vez en la historia, en septiembre, el Banco de Japón poseía más del 50% de la deuda pública japonesa en circulación. En diciembre, el último mes del que se dispone de datos, el BoJ anunció que su participación había aumentado hasta el 52%. Como resultado, la liquidez en el mercado de bonos se ha suprimido, y el mercado ahora sólo tiene un papel limitado en la determinación del precio de la deuda pública. Permitir que los rendimientos de los bonos suban también sería atractivo, ya que sería un pequeño paso hacia la normalización de la política monetaria. En cambio, modificar el tipo de interés oficial supondría un giro drástico de la política monetaria tras siete años de tipos negativos.
Varios factores sugieren que es probable que Ueda prefiera un enfoque gradual de la normalización de la política monetaria. En primer lugar, incluso con tipos negativos, el Banco de Japón no alcanzaría su objetivo central de una inflación del 2% a medio plazo. Según nuestras previsiones de consenso, la inflación se situará por debajo del objetivo del 2,0% en el cuarto trimestre de 2023 y seguirá cayendo a partir de entonces. Es probable que las perturbaciones que han llevado la inflación a un máximo de más de 40 años, como los elevados precios de la energía, se desvanezcan a medio plazo. Incluso si el Gobierno modifica el objetivo de inflación, es probable que el fantasma de la deflación -que ha perseguido a Japón durante décadas- disuada a Ueda de subir los tipos a corto plazo. En segundo lugar, está el historial de Ueda y sus recientes comentarios. Ueda formó parte del consejo del Banco de Japón entre 1998 y 2005, y en 2000 disintió de la decisión del Banco de poner fin a su política de tipos de interés cero. Además, en una comparecencia parlamentaria celebrada en febrero, Ueda hizo tres comentarios moderados: En tercer lugar, la reciente inestabilidad del sector bancario mundial podría reducir las subidas de tipos de interés exigidas a otros grandes bancos centrales, reduciendo así la presión sobre el yen y la necesidad de que el Banco de Japón saque su tipo de interés oficial de territorio negativo.
Riesgos para las perspectivas: Dicho esto, la inflación salarial es un riesgo al alza para el tipo de interés oficial. Los sindicatos y los empresarios concluyeron en marzo las negociaciones salariales anuales shunto. Según Bloomberg, los sindicatos clave consiguieron un aumento salarial del 3,8%, el más alto desde 1993, por encima de las expectativas de los economistas y por encima del 3% que el Gobernador saliente del BoJ, Kuroda, ha dicho que es necesario para que el BoJ normalice su política.
Por otro lado, las recientes turbulencias bancarias podrían animar al Banco de Japón a no introducir cambios en el YCC por el momento. Parte del motivo del colapso del Silicon Valley Bank (SVB) fue su compra de grandes cantidades de bonos del Estado a largo plazo. Con el aumento de los tipos de interés, el precio de los bonos -que es inverso a su rendimiento- se desplomó y dejó un enorme agujero en el balance del SVB, con la subsiguiente corrida bancaria dando el golpe de gracia. El Banco de Japón podría temer que el aumento del YCC causara problemas similares a los bancos japoneses, dada la actual incertidumbre del mercado y el hecho de que ya están sufriendo pérdidas no realizadas en bonos extranjeros. Además, los rendimientos japoneses a 10 años han caído desde el colapso de SVB por debajo del límite superior del 0,50%, reduciendo la presión sobre el BoJ para cambiar el YCC.