Noruega: Es probable que el nuevo gobierno sea una coalición liderada por los laboristas
Los noruegos se preparan para acudir a las urnas el 13 de septiembre para elegir un nuevo Parlamento. Es poco probable que la actual primera ministra Erna Solberg, cuya coalición minoritaria liderada por los conservadores lleva en el poder desde 2013, obtenga un tercer mandato, y se calcula que el Partido Laborista, de centro-izquierda, será el vencedor, aunque lo más probable es que el nuevo gobierno vuelva a ser una coalición. La remodelación podría suponer que los partidos de izquierda ganen peso en el Parlamento, y la futura política petrolera será un tema clave en el periodo previo a la votación.
Aunque el apoyo al Partido Conservador sigue siendo fuerte -las encuestas prevén que obtenga el 20% del voto popular-, Solberg ha sido muy elogiada por su gestión de la pandemia del Covid-19, con la rápida aplicación de medidas de bloqueo que evitaron altas tasas de mortalidad en el país. Sin embargo, la líder del partido ha sido criticada por la desigualdad económica y por aplicar reformas impopulares del sector público. Además, el apoyo a los otros socios de la coalición -el Partido Liberal y el Partido Demócrata Cristiano- ha disminuido. De hecho, es posible que estos dos partidarios del gobierno no alcancen el umbral del 4% necesario para asegurarse escaños parlamentarios en la próxima votación.
El escenario parece preparado, por tanto, para un cambio en el poder. Las proyecciones muestran al líder del Partido Laborista, Jonas Gahr Støre, a la cabeza de las encuestas, con un 25% de los votos. Entre las políticas clave de la campaña figuran la desgravación fiscal de las familias con ingresos bajos y medios, una subida de impuestos para el 20% de los que más ganan, el fin de los servicios públicos privatizados y más fondos para los hospitales. Sin embargo, el porcentaje de votos actual no bastaría para garantizar una mayoría absoluta y obligaría al nuevo Primer Ministro a negociar un acuerdo de reparto del poder con los grupos de izquierda. Según las estimaciones, los partidos de centro-izquierda podrían hacerse con hasta 114 escaños parlamentarios de un total de 169, muy por encima de los 81 que tienen actualmente. Entre los partidos que tratarían de influir en un gobierno liderado por los laboristas están el Partido Socialista de Izquierda, que se opone a la pertenencia a la OTAN y a la Asociación Económica Europea y actualmente se prevé que obtenga el 9% de los votos, así como el Partido Verde y el Partido Rojo, euroescéptico y de extrema izquierda, que se espera que obtengan más representación en el Parlamento. Para complicar aún más las cosas, el Partido de Centro, que se opone a la inmigración y a las polémicas reformas de los gobiernos locales, y se ha manifestado en contra de estrechar los lazos con la UE, podría emerger como el tercer partido más fuerte: las encuestas le atribuyen un 13% de los votos. Mientras tanto, la publicación a principios de agosto del histórico informe de las Naciones Unidas sobre el clima ha caldeado el debate sobre la futura política petrolera. La prospección de petróleo y gas es la industria más importante del país -da empleo a unas 200.000 personas- y la producción ha aportado 1,4 billones de dólares al fondo soberano. Los partidos más grandes, como los laboristas, los conservadores y el Partido de Centro, están interesados en conceder más licencias, mientras que los partidos más pequeños, como el Partido Socialista de Izquierda, los liberales y los verdes, exigen que se ponga fin a la ampliación de licencias y a la exploración. Sin embargo, dado que no se espera que ninguno de los partidos más grandes obtenga la mayoría, la aplicación de políticas en este ámbito clave, y en otros, podría convertirse en un reto.