Países Bajos: No se esperan cambios políticos significativos tras las elecciones del 17 de marzo, ya que el VVD lidera las encuestas
Los votantes acudirán a las urnas el 17 de marzo para elegir un nuevo parlamento, tras aproximadamente un año en el que Covid-19 y sus medidas de contención asociadas han asestado un duro golpe a la economía holandesa. Aunque la gestión de la pandemia estará en el primer plano de los debates, no se espera un cambio sustancial en el apoyo político y la política: El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) del Primer Ministro Mark Rutte sigue disfrutando de una amplia ventaja en las encuestas de opinión. Por tanto, los tres resultados más probables implican una coalición entre el VVD y una combinación de partidos más pequeños. En primer lugar, VVD podría continuar su actual gobierno de coalición de centro-derecha con el Llamamiento Demócrata Cristiano (CDA), el partido centrista D66 y el partido Unión Cristiana (CU). En segundo lugar, el VVD podría formar una coalición similar con el CDA y el D66, sin la CU. En tercer lugar, el partido de Rutte podría acordar un gobierno de centro-izquierda complementado por el CDA, el Partido Laborista (PvdA) y los Verdes (GL).
El primer resultado supondría en gran medida la continuidad política de la actual coalición. Sin embargo, el VVD aumentará su número de escaños en el Parlamento y probablemente querrá traducirlo en políticas más favorables al mercado. El aborto y otras cuestiones morales podrían ser la manzana de la discordia, dadas las diferencias de opinión entre D66 y la CU. Las negociaciones entre estos dos partidos podrían fracasar, por lo que el segundo resultado, una coalición tripartita de partidos centristas tradicionales, es una posibilidad real. No obstante, cualquiera de estos dos primeros resultados probablemente se centraría menos en la consolidación fiscal, dado el grave impacto de la crisis sanitaria mundial en la economía. La responsabilidad fiscal seguiría siendo un pilar fundamental de la política gubernamental, pero ninguno de los partidos ha abogado por una reducción rápida del déficit público, a diferencia de lo que ocurrió tras la crisis financiera mundial. El tercer resultado supondría un giro hacia el centro-izquierda en algunas políticas, como el cambio climático y las cuestiones socioeconómicas, debido a la inclusión del PvdA y el GL, dos partidos que han descartado formar parte de un gobierno sin el otro. La responsabilidad fiscal quedaría más relegada que en cualquiera de las opciones de centro-derecha, ya que la campaña de la izquierda se apoya sobre todo en cuestiones sociales y climáticas. Sin embargo, esto no significa que la política fiscal estaría totalmente libre de preocupaciones de sostenibilidad.
Por último, es probable que el derechista Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders siga siendo el segundo mayor partido del Parlamento; sin embargo, los partidos tradicionales tienen pocas ganas de formar gobierno con el PVV. Del mismo modo, otros partidos han descartado en gran medida formar gobierno con el partido conservador Foro por la Democracia (FvD). Sin embargo, el importante apoyo electoral a estos dos partidos pone de manifiesto un cambio hacia un mayor escepticismo o pragmatismo respecto a la Unión Europea a lo largo de los años. La mayoría de los partidos que negociarán la nueva coalición hacen hincapié en una política fiscal basada en normas y en la solidaridad basada en la condicionalidad a nivel europeo. Dicho esto, es poco probable que el nuevo gobierno presione a favor de un cambio radical respecto a la pertenencia al bloque de la moneda única o a la Unión Europea.
Al comentar el probable resultado de un gobierno de coalición formado por partidos tradicionales, así como las implicaciones fiscales, Marcel Klok, economista senior de ING, declaró: “Un gobierno de partidos tan tradicionales no implicaría un gran cambio de régimen. No obstante, el estado de ánimo de los neerlandeses en relación con la austeridad interna parece haber cambiado en comparación con el anterior periodo de crisis: parece más probable que se preste más atención a la sostenibilidad a largo plazo que a la reducción de la deuda a corto plazo. Los analistas de la EIU añaden: “Esperamos que el Partido por la Libertad y la Democracia, de centro-derecha y liderado por el primer ministro Mark Rutte, sea el partido más votado, pero la fragmentación de la cultura política dificulta la formación de una nueva coalición”.