Perú: El crecimiento de la actividad económica se ralentiza en septiembre
La actividad económica creció un 3,2% interanual en septiembre, tras el 3,7% de agosto. Si se observan los detalles de la publicación, el impulso de los sectores manufacturero y minero perdió ritmo, compensando con creces las aceleraciones de los sectores del comercio y la agricultura.
Los datos de septiembre significan que la actividad económica creció un 3,8% en el conjunto del tercer trimestre, ligeramente por encima de la lectura del segundo trimestre y por encima de la media de América Latina. La economía se vio apoyada en el tercer trimestre por la bajada de los tipos de interés y la retirada de fondos de pensiones.
Sobre las perspectivas y sus propias previsiones, los analistas del BBVA señalaron: “Los primeros indicadores disponibles para octubre sugieren que en dicho mes la economía peruana habría crecido a una tasa no muy diferente a la de septiembre. Teniendo en cuenta el crecimiento del PIB en el tercer trimestre -superior al que preveíamos en el anterior escenario base-, los indicadores adelantados de octubre, y una cuota de captura de anchoveta en la segunda temporada que finalmente fue superior a la que estimábamos, es probable que en nuestra próxima revisión de previsiones macroeconómicas incrementemos en unas décimas el crecimiento proyectado para este año, actualmente en el 2,9%”.Santiago Téllez, de Goldman Sachs, declaró: “La recuperación de la actividad tras la recesión se vio impulsada en gran medida por un fuerte repunte de las actividades agrícolas y pesqueras tras las perturbaciones meteorológicas, y por la aceleración del gasto de capital por parte de los gobiernos locales entrantes, que superaron los problemas de ejecución presupuestaria anteriores. Otra ronda de retiradas de fondos de pensiones proporcionó un impulso adicional a la demanda de los hogares en el tercer trimestre. Esperamos que el impulso de la actividad se ralentice hasta situarse ligeramente por debajo del crecimiento tendencial en las próximas lecturas a medida que se disipen estas fuerzas transitorias. Más allá de eso, es probable que la actividad se enfrente a vientos en contra derivados de la debilidad de las condiciones de gobernabilidad, la parálisis política y el riesgo de una crisis política en 2025, lo que influirá en la dinámica de la inversión privada.”