Reino Unido: Es improbable que un paquete de estímulo adicional altere el sombrío panorama económico
El 8 de julio, el Gobierno anunció medidas fiscales adicionales por valor de 30.000 millones de libras. Entre ellas destacan las primas de 1.000 libras a las empresas que retengan a sus trabajadores una vez finalice en octubre el régimen de subsidios salariales (CJRS), la reducción del IVA del 20% al 5% para el sector de la hostelería y un fondo para crear más puestos de trabajo para los jóvenes. El nuevo paquete -que sigue al estímulo previamente anunciado de unos 140.000 millones de GBP- podría dar un ligero impulso a la economía. Sin embargo, el impacto no será transformador, y las perspectivas de la economía seguirán guiándose principalmente por la evolución del brote de Covid-19.
Aunque el incentivo financiero para retener a los trabajadores impulsará en cierta medida los recursos de las empresas, probablemente será insuficiente para evitar grandes despidos si el panorama de la demanda subyacente no mejora. Como comenta Azad Zangana, economista senior de Schroders:
“Una prima de 1.000 libras por miembro del personal apenas va a marcar la diferencia para las empresas que ya no son económicamente viables, ya sea debido a las restricciones de distanciamiento social o a los cambios de comportamiento. Es posible que algunas empresas reincorporen temporalmente a su plantilla sólo para cobrar la prima y despedirlos en enero, pero la mayoría de las bonificaciones irán a parar simplemente a empresas que habían previsto reincorporar a su plantilla en cualquier caso” En cuanto a la rebaja del IVA, su impacto podría verse frenado por la debilidad de la confianza de los consumidores. Según los analistas de ING: “El ahorro involuntario habrá aumentado drásticamente para muchos de los que han tenido más suerte al seguir ganando dinero durante la crisis. Si la demanda sigue siendo baja ahora que la economía se ha reabierto en gran medida, entonces es más probable que esté motivada por preocupaciones de seguridad que por restricciones financieras” Sobre las perspectivas de la política fiscal de cara al futuro, Goldman Sachs afirma:
En nuestra opinión, será en el presupuesto de otoño (que probablemente se presente a finales de octubre) cuando el Canciller exponga la tercera fase de la respuesta del Gobierno a Covid-19. […] esperamos que en esa fase el gobierno vuelva a comprometerse con un programa a medio plazo de expansión fiscal financiado con deuda, aunque dentro de los límites de un compromiso para mantener las finanzas públicas en una “senda sostenible” durante el resto del actual Parlamento. Más allá de la recuperación inmediata tras el virus, esperamos que el Canciller redoble la agenda de “nivelación” del Gobierno en lugar de pivotar hacia la consolidación fiscal posterior a la crisis perseguida por sus predecesores.”