Rumanía: El crecimiento se ralentiza en el primer trimestre, cerca de su nivel más bajo en seis años
Una segunda lectura confirmó el debilitamiento de la actividad económica en el primer trimestre, con una moderación del crecimiento del PIB hasta el 2,4% interanual, por debajo de la expansión del 4,3% del cuarto trimestre. La lectura del primer trimestre marcó la expansión más suave desde el segundo trimestre de 2014, ya que las medidas de contención inducidas por Covid-19 lastraron la actividad.
Si nos fijamos en los detalles de la publicación, la demanda interna experimentó una desaceleración generalizada. El crecimiento de la inversión fija perdió tracción significativa en el 1T, desacelerándose al 5,9% desde la expansión del 15,7% del 4T. Por otra parte, el crecimiento del gasto público se desaceleró hasta el 0,8% en el primer trimestre, muy por debajo del aumento del 9,4% del cuarto trimestre, mientras que el consumo privado disminuyó hasta el 3,8%, por debajo del aumento del 7,3% del trimestre anterior.
En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios se contrajeron un 5,5% en el 1T, lo que contrasta con la expansión del 6,4% del 4T y marca el peor resultado desde el 3T de 2009. Por otra parte, las importaciones de bienes y servicios aumentaron un 0,8% en el trimestre, lo que supone una notable moderación con respecto a la subida del 7,3% del cuarto trimestre. Así pues, en conjunto, el comercio neto siguió contribuyendo negativamente al crecimiento en el 1T, más que en el trimestre anterior. En términos desestacionalizados, el crecimiento económico se moderó al 0,3% en el 1T desde la expansión del 1,2% del 4T. La lectura del 1T marcó el crecimiento más lento desde el 2T 2015.
De cara al futuro, se prevé que el PIB se contraiga este año, ya que la pandemia de coronavirus asesta un duro golpe a la economía. Las medidas de contención internas y la interrupción de las cadenas de valor van a paralizar el gasto doméstico y de capital. La fragilidad y el empeoramiento de las perspectivas fiscales enturbian aún más las perspectivas, lo que aumenta la posibilidad de una rebaja de la calificación crediticia a la categoría de “basura”.