Rumanía: Las elecciones parlamentarias de diciembre, decisivas para la postura fiscal del Gobierno en medio del conflicto de las pensiones
El 6 de diciembre se celebrarán elecciones parlamentarias. El gobernante Partido Nacional de la Libertad (PNL), de centro-derecha, está actualmente en cabeza de las encuestas, seguido de cerca por el Partido Socialdemócrata (PSD), de centro-izquierda -que es el partido más grande en el Parlamento-, aunque ambos están lejos de alcanzar una mayoría absoluta. Dicho esto, una probable coalición entre el PNL y los partidos Salvemos a la Unión Rumana y Libertad, Unidad y Solidaridad (conocidos colectivamente como Alianza 2020 USR-PLUS) podría cambiar las tornas, ya que, según los sondeos, la alianza obtendría suficientes votos para lograr la mayoría. Aunque es poco probable que el resultado de la votación introduzca cambios en muchos ámbitos de la política económica, se espera que influya en la postura fiscal del Gobierno, en medio de las divergencias de opinión sobre el pago de las pensiones públicas entre el PNL y el PSD. Dicho esto, es probable que las prioridades a corto plazo vengan dictadas por el curso de la pandemia, independientemente del resultado de las elecciones. Ambos partidos persiguen objetivos similares en sus programas de gobierno, haciendo especial hincapié en la creación de empleo y el crecimiento salarial, y previendo un mayor gasto en sanidad, inversión en proyectos de infraestructuras y educación. Sin embargo, la principal diferencia entre los dos partidos radica en su enfoque del crecimiento de las pensiones públicas: El 22 de septiembre, el Parlamento, dirigido por el PSD, votó a favor de una subida del 40% de las pensiones públicas, anulando así la propuesta anterior del Gobierno del PNL de un aumento del 14%. Esta decisión, que suscitó las advertencias de los analistas del mercado, podría disparar el déficit presupuestario del país y entraña el riesgo de una posible rebaja de la calificación: las agencias de calificación crediticia Fitch Ratings, Moody’s y S&P Global Ratings ya sitúan a Rumanía en su grado de inversión más bajo, con perspectiva negativa. Por el contrario, si el PNL logra hacerse con el control del Parlamento, se espera que dé marcha atrás en la subida de las pensiones y persiga incrementos más moderados a lo largo del tiempo. El planteamiento del PNL está en consonancia con su compromiso de abordar el creciente déficit presupuestario del país aplicando medidas eficientes y selectivas -principalmente en forma de recortes del gasto público y reducción de la carga administrativa que rodea a la recaudación de impuestos-, frente a las subidas de impuestos -la herramienta preferida del PSD-. Esta diferencia sustancial pone de relieve que una victoria del PNL probablemente indicaría una política fiscal más estricta.
Al comentar las próximas elecciones, Kevin Daly, analista de Goldman Sachs, declaró: “Si los sondeos de opinión son acertados y el PNL y el USR-PLUS están en condiciones de formar una coalición relativamente estable, es probable que se reduzca significativamente la percepción del riesgo político y la incertidumbre política. […] A diferencia del PSD, que apoya la aplicación de la subida del 40% de las pensiones y nuevos aumentos significativos de los salarios del sector público, el PNL se ha cuidado de no asumir grandes compromisos de gasto, argumentando que corresponderá al próximo gobierno decidir los detalles de su programa de gastos” A corto plazo, sin embargo, el partido ganador se ocupará de hacer frente al impacto de la pandemia y de devolver la economía a la senda del crecimiento. Es posible que se endurezcan de nuevo las restricciones de Covid-19 en medio de un aumento de las nuevas infecciones, lo que lastraría aún más la recuperación y supondría una carga adicional para las ya tensas finanzas públicas del país.
Dan Bucsa, economista jefe para Europa Central y Oriental de UniCredit, se explayó sobre el posible impacto de nuevas restricciones:
“Es poco probable que el déficit presupuestario se corrija rápidamente en 2021. […] Es probable que se aplique un estricto bloqueo tras las elecciones parlamentarias, y es posible que haya que mantener las restricciones durante todo el 1T21 si la tasa de infección es muy elevada. Como consecuencia, el gasto fiscal tendrá que aumentar de nuevo y es probable que la recaudación de impuestos vuelva a resentirse en el primer semestre del próximo año, antes de una esperada recuperación económica en el 2S21. Por ello, esperamos que el déficit presupuestario se sitúe entre el 6% y el 8% del PIB en 2021, frente al 9,6% del PIB de 2020.”