Ucrania: La economía, golpeada por la guerra, se contrae a un ritmo más suave en el tercer trimestre
Según una lectura preliminar, el PIB cayó a un ritmo más lento del 30,8% interanual en el tercer trimestre, una mejora respecto a la contracción del 37,2% registrada en el segundo trimestre. Aunque todavía no se ha publicado un desglose exhaustivo por sectores, es probable que la caída haya sido generalizada como consecuencia directa de la invasión a gran escala de Rusia. No obstante, la puesta en marcha de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro el 22 de julio y la reanudación de las exportaciones agrícolas ucranianas habrán evitado una caída más profunda.
Por otra parte, la actividad económica se ha recuperado en términos intertrimestrales desestacionalizados, con un crecimiento del 9,0% en el tercer trimestre, frente a una contracción del 19,1% en el periodo anterior.
En el último trimestre de 2022, es probable que la actividad económica se deteriorara bruscamente debido a los continuos ataques aéreos contra infraestructuras críticas y, en particular, a los daños sufridos por la red energética. El Ministerio de Economía estimó que la caída global del PIB en 2022 fue del 30,4%. Se trataba, no obstante, de una mejora con respecto a las anteriores proyecciones oficiales, dada la fortaleza de la defensa militar del país, la rapidez del restablecimiento de las infraestructuras críticas y la ayuda financiera internacional.
De acuerdo con estas estimaciones, en 2022 se habría registrado una caída del PIB del 30,4% -más o menos el 2%-, lo que contrasta con las expectativas anteriores del Banco Nacional de Ucrania, de -31,5%, y con la previsión de consenso de diciembre de FocusEconomics, de -33,4%.
Las perspectivas siguen siendo inciertas y dependen de la evolución de la guerra. Según las previsiones actuales, la economía se recuperará en 2023, con la ausencia de un mayor deterioro de la seguridad y una amplia ayuda exterior como elementos clave para la recuperación. Además, los planes de reconstrucción se han aplazado hasta el segundo semestre de 2023, lo que probablemente seguirá frenando las perspectivas de crecimiento a corto plazo. Los analistas del EIU comentan: “Esperamos una recuperación superficial del 2,0% en 2023, impulsada principalmente por el apoyo financiero y un efecto de base. Sin embargo, nuestra previsión lleva aparejada una gran incertidumbre y el riesgo de una nueva contracción en 2023. Los daños en las infraestructuras críticas dificultarán la recuperación económica, incluso en las zonas relativamente menos afectadas por los combates. […] No prevemos una recuperación de la inversión privada, ya que la confianza empresarial entre las empresas nacionales y extranjeras seguirá deprimida, y la actividad económica se verá impulsada sobre todo por el gasto fiscal, incluido el destinado a reparaciones de infraestructuras críticas y pagos sociales.”