Zona euro: El BCE aumenta la expansión cuantitativa en su reunión de junio
El 4 de junio, el Banco Central Europeo (BCE) redobló sus esfuerzos para apuntalar la economía de las consecuencias de la crisis sanitaria mundial y evitar conmociones financieras. Para ello, el BCE intensificó su programa de relajación cuantitativa, al tiempo que mantenía los tipos de interés en mínimos históricos para apoyar las condiciones de liquidez y preservar el buen funcionamiento de los mercados monetarios.
El BCE incrementó en 600.000 millones de euros el volumen de su programa de expansión cuantitativa de emergencia (PEPP), dotado con 750.000 millones de euros, hasta un total de 1.350.000 millones de euros. Además, amplió el horizonte temporal de las compras netas en el marco del PEPP al menos hasta finales de 2021, al tiempo que anunció que reinvertirá los ingresos procedentes de estas compras al menos hasta 2022. También añadió que las compras se llevarán a cabo de forma flexible, con el fin de garantizar una transmisión fluida de la política monetaria. Paralelamente, el BCE mantuvo sin cambios los tipos de interés de las operaciones principales de financiación, de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito, en el 0,00%, el 0,25% y el -0,50%, respectivamente. La potencia de fuego adicional se desplegó para amortiguar el colapso económico sin precedentes de la zona euro y sostener una recuperación a medida que los Estados miembros suavizan gradualmente las restricciones. El PIB cayó a un ritmo histórico en el 1er trimestre; los mercados laborales siguieron deteriorándose drásticamente en abril; y la confianza de los consumidores y las empresas siguió siendo extremadamente bajista en mayo, a pesar de recuperar parte del terreno perdido. Dicho esto, la reapertura gradual de las economías regionales en mayo y los indicadores más recientes sugieren que se ha tocado fondo. Además, la inflación cayó en mayo a su nivel más bajo en más de cuatro años, debido a la caída de los precios de la energía, y se espera que siga bajando en los próximos meses, lo que ha llevado al Banco a afirmar que está dispuesto a “ajustar todos sus instrumentos, según proceda, para garantizar que la inflación se mueva hacia su objetivo de forma sostenida”.
Tras sufrir un daño económico sin precedentes a causa de los cierres patronales del primer semestre, se espera que la economía regional se recupere a partir del tercer trimestre, a medida que el Gobierno suavice aún más las medidas de contención y sobre la base de políticas fiscales y monetarias favorables. Dicho esto, la duración y la intensidad del impacto dependerán crucialmente de la duración y la eficacia de las medidas de contención, de los efectos indirectos sobre los planes de demanda y las cadenas de suministro, así como de la respuesta fiscal. Con respecto a esta última, la Presidenta Christine Lagarde instó de nuevo a los Estados miembros a adoptar una respuesta fiscal coordinada a la crisis, además de las redes de seguridad respaldadas por las instituciones de la UE. Al mismo tiempo, subrayó que las medidas fiscales deben ser selectivas y temporales, para garantizar la sostenibilidad fiscal a medio plazo.
Al comentar la última decisión del BCE, Carsten Brzeski, economista jefe para Alemania de ING, señaló: “Por el momento, el BCE se ha sumado hoy a los recientes vientos de cola para la economía de la zona del euro. Tras el anuncio del Plan Europeo de Recuperación y el potente paquete de estímulo fiscal alemán de anoche, la decisión de hoy debería mitigar cualquier especulación futura sobre si el BCE está dispuesto o no a desempeñar su papel de prestamista de última instancia para la zona euro.”